lunes, 15 de noviembre de 2010

Mirar al Sol hasta que te arden los ojos y tener la sensacion de que ayá donde mires estará. Lo mismo me pasa con él.
Estoy en un parque sentada leyendo mi libro. Ese que narra historias con sabores a nostalgia, con palabras sumergidas en distintos sentimientos que me inundan de colores. Quizás no sea el momento para estar en un banco sentaba estando en invierno, pero si, me gusta la lluvia y sobretodo el olor a tierra mojada.
Aquel parque era mi lugar, mi sitio, zona en la que miles de arboles tapaban la vista a la ciudad y un rio artificial que pasaba por al lado de este banco.
Supongo que todo esto fuese mas bonito si el siguiese entre los vivos y no muerto. Yo deveria haber muerto. Nadie me cuenta y nadie parece saber nada. Me dijeron que muerto estaba pero no hicieron entierro ni tumba. Nada. Él callo en el olvido de aquellos que no le valoraron pero no en el mio. Pasaron muchos años...cuatro para ser exactos, pero despues de todo le sigo amando. Él, Sergio, el que odiaba que le llamase Gabriel. La persona que tenia celos a mi hermano -Gabriel- por estar más tiempo conmigo. Pero él -Sergio- jamás podrá devolverme lo que un día me quitó. Mi completo corazón.
Cierro el libro a duras penas y me pongo en pie, recojo la mochila y la guitarra que tenia por ahi esparcidos mas los libros de clase. Sabia que se me olvidaba algo.
Se oyó la cancioncilla de mi móvil. Lejana, no lo sentia cerca y es cuando me percate que estaba en el banco. Me acerco corriendo abro la tapa y espero a que alguien, el que esté al otro lado diga algo. No dicen nada, silencio mas silencio. Es cuando me decido a hablar.
-¿Si?
-CRISTAAAAAAAAL ¿DÓNDE NARICES TE HAS METIDO?- Respondio una voz cabreada al otro lado. Me costó uvicarla. Voz femenina, exigente, Laura-¡¡¡¡ Habiamos quedado para el trabajo a las 6 y son las 7 !!!!
-Lo siento, lo siento, se me fue el santo al cielo. De todos modos tengo conservatorio. -La dije lo mas pausada posible para intentar apaciguar la situación.
-¿¿¿¿¿¿WHAT?????- Intento decir con su inglés españolizado con cierto todo de pija- ¡¡¡ Quedamos que a las seeeeeeis!!! No me puedo creer que tengas tanto morro
- Laura, lo quedastes tú solita, yo te dije: "tengo conser" Tú me dijistes " pero si yo puedo a las seis tú tambien" y como ves, tú no tienes razón. Te llamo cuando salga ¿Vale?- La dije en tono de suplica.
-Vaaaaaale- Dijo con voz cansina- llamame cuando salgas ¿quieres?
-Vale- La dije y colgué. Todo el mundo odiaba eso de que colgase antes de un adios.

Llegué al conservatorio. De forma disimulada me deslice por el marco de la puerta sin que se notase que una vez más llegaba tarde.
- Cristal, otra vez no por favor- Se vio que no surtio efecto mi desplazamiento a lo ninja.
- Lo siento profesora- Dije, no pude prometer que no volveria a pasar porque todo el mundo sabia que no era cierto.
Continuo con la clase de forma normal y sin imprevistos. Hasta que veo algo que me hace parar la vista como en todas las demás clases. Aquel chico por el que todas suspiraban a mi me era indiferente escepto por esos ojos verdes infinitos que me recordaban a él. Me undia en ellos. Me atrapaban como miles de tentaculos a su presa. Me llevaba muy bien con él, Saúl, Trompetista, un vago respecto a las notas y un chico que para su edad estaba bastante bien. Alto, rubio y bastante moreno de piel.
- Ya es la hora de irse- Sentencio la profesora dando por terminada la clase.

Recogí rápido para llegar pronto al bus y llamar a Laura. No me di cuenta de que alguien me seguia y no pare tampoco.

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