sábado, 7 de enero de 2012

Loco amor

Su sonrisa, espera, ¿os hablé de sus ojos? no no no, primero tengo que hablar de su forma de recogerse el pelo detrás de la oreja. Nose... igual no he de contaros nada, es solo, el significado de estar enamorado. Bueno... os lo cuento porque, ya sabeis, necesito recordarla.
Me levantaba a las 2 de la tarde, nunca he sido de hacer gran cosa, ella, siempre me llamaba al teléfono para despertarme. Admito que me molestaba pero el hecho de que fuese ella me sacaba una sonrisa *sonrie* me levantaba y rápido me asomaba a la ventana, allí estaba, como todos los días, con una sonrisa de oreja a oreja, la sonrisa más bella que nadie puede imaginar. Me gritaba que bajase, rápido, como solo podia hacerlo yo, ya conoceis lo que dicen vuestros abuelos, podria haber ganado competiciones y eso, siempre fui un vago, lo admito, ella me valoraba más de lo que deveria haber hecho. *les mira, sonrie* mirad! si ya os acabo de hablar de su sonrisa. Vaaaaale, continuo. Haber... jopé. ¿no os conté cómo la conocí? tengo delito *se arrasca la cabellera que con los años se ha quedado canosa, y sonrie* vale vale, ya continuo, no seais impacientes. La conocí en un día de verano, de esos que se está bien pero que hace mucho viento, supongo que a ella y sus amigas las dio igual, bueno, ella fue la única que iba en bikini, las demás refunfuñaban de cómo picaba la arena con el viento. *se rie en alto* Se fue a dar un baño, si, ya desde entonces la miraba, era, era única. Sus amigas supongo que estaban hablando de los tios buenos del instituto o algo, porque no se dieron cuenta de que su toalla había salido volando, y nose, pero yo creo que el destino queria que nos cruzásemos porque su toalla apareció a mi lado, ella salió del agua y se dirigió donde ellas y mosqueada se puso la camiseta de tirantes, supongo que para que no se quedase la arena que volaba con el viento, pegada en su piel tostada. Miraba a todos los lados, recuerdo que la miraba sonriente, esperando a que se diese cuenta que la tenia yo, y si, se dio cuenta, agachó la cabeza con una mueca de sonrisa y cuando tuve enfrente mio sus pies con sus uñas color rojo casi descoloridas no levanté mi mirada para verla *se paró en silencio y le recorrió un escalofrío por el cuerpo* me dijo -perdona, pero tiene mi toalla- y me reí, la miré a los ojos y me volví serio, derrepente, sus ojos me inundaron, creedme que pensé que eran unos ojos marrones normales y siento decirlo, pero me equivoqué, eran verdes, verdes como el musgo. Levantó una ceja -¿me has tratado de usted?- la dije. Y así empezamos una conversación que nos llevo a las llamadas por la mañana y a las discusiones que ella sola conseguia abrir. Jamás pude comprenderla, bueno, miento, ahora la entiendo. *Se le apaga la mirada, cierra los ojos* nunca pensé que mis acciones tendrian unas consecuencias, y os digo que todo lo que hice pensé que era eso la diversión, pero después de conocerla, cualquiero cosa que hacia ya no resultaba divertido. Seguí hablando con ella, pero ella hizo su vida, y yo tan siquiera pude empezarla, porque mi mayor droga eran esos días de verano en la playa, de invierno en el sillón viendo pelis sin sentido, y parece mentira pero, hecho de menos cuando se daba la vuelta enfadada y sonreia cuando la abrazaba.

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