lunes, 10 de marzo de 2014

Pasa el tiempo
la niebla abruma
el silencio es la melodia
que el invierno escucha.

Metal endeble
frío se encuentra
a un golpe
su cuerpo se rompe.

Sonrisas

Habló, y me dijo que las sonrisas solo eran músculos despiertos, divertidos, cómplices de su amo y señor, del alma que juega un papel en la sociedad.

Los músculos no hablan, solo sonrien; y tristes y mortales aquellos que no rien; lloran, mueren.

Como esos labios finos que en su máxima seriedad parecen un tachón de bóligrafo rojo en unas facciones que merecen más vida que muerte.

"Sonrie, porque nunca sabrás quien se enamorará de tu sonrisa" ciertamente es así, porque tu alegria, tu felicidad, tus mariposas en el estómago, que te salen por la boca como miles de perlas que encuentra un marinero varado a la orilla de un mar sin peces que pescar, con ganas de aprender a amar.

Sin embargo, para saber amar, primero has de probar ese elixir amargo que se hace llamar "soledad".