lunes, 26 de enero de 2015

Tachar y vuelta a empezar.

El color de sus ojos no era más que aquel que tuvo antes. Son el rastro de los daños que van haciendo los años. El dolor de la soga que aprieta y el abrazo que descansa. Siento deciros que nada vuelve a ser como antes, que ya no habrán los mismos labios que besar ni los mismos vasos en los que ahogarse con un par de copas de algo o quien sabe si el camarero te sirve lo de siempre y un par de servilletas que te quitan las lágrimas de los ojos y se quedan como tatuajes en las mejillas. Ya no hay bares de besos, abrazos, y caricias. Ya no hay un te invito a mi cama que hoy te echo en falta, ayer también lo hice y mañana y lo que me resta de vida también. Que no te cambiaría por nada, que me da igual que lleves esa camisa o la otra, que te guste ese grupo de música que odio o te dejes esas greñas. Quiero ser la agenda de tu día y que mis arrugas no sean por la edad sino por las sonrisas que me sacas.
Cuando te dije que te queria, lo hacia, pero hacia se cansó y ahora se tacha y busca a otro.

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