Es una nebulosa,
que cambia,
que se amontona.
No es romance,
ni hay poesía en estas palabras.
Hay lo que se siente al ser feliz sin serlo.
A pensarte,
a intentar dibujarte,
con acuarelas,
como un día lluvioso,
en el cristal borroso,
o las lágrimas
amontonadas.
Eres poesía, sin serlo,
eres prosa, sin ser escrito.
Eres imaginado,
imaginario.
Eres
Y con eso me vale y me basta.
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