martes, 27 de julio de 2010

Nombres, palabras...Ninguna respuesta...

Estoy rodeada de gente. A mi espalda una pared. Todos me miran divertidos.No se que quieren. Tengo miedo. Es de noche. Estoy temblando y calada por la lluvia. Hay pocas farolas y no iluminan demasiado. Creo que los conocco, no estoy segura. En estos momentos tengo ganas de correr y uir. Tengo ganas de estar en mi casa. No quiero más que la pequeña livertad. Alguien de todos los que me rodean se hacerca, me coge de la melena y se acerca a mi oido. Yo no digo nada. Sufro en silencio. Como siempre. Me susurra "Oye, que guapa te has vuelto con el tiempo ehh ahora tengo ganas de hecharte un polvo guarra". Le recuerdo, Jose, compañeros de clase y siempre me insultaba por fea y por gorda. Hacia mucho que no le veia. Pero estaba claro que seguia siendo el mismo cabrón de siempre. Se acercó a besarme y le di una patada en el estómago porque apunté mal. Me respondio un amigo con un bofetón y un escupitajo. Queria correr. Solo llegué a dar dos pasos y dos chicos me agarraron por los brazos. "Esto solo me lo merecco yo" Pensé. Me intente desasir entre esos dos. No pude. Jose se acerco otra vez a mi y me besó. No pienses que fue como un beso romántico. No. Fue bruto. Sus amigos se reian y aplaudian. De la fuerza me dió contra la pared y le mordí la lengua. En forma de respuesta me agarraron sus amigos mas fuerte de los brazos y Jose me empezó a dar puñetazos en el estómago. " Tío te estás pasando. Dejala ya" Dijo uno chaval. Yo ya no podia ni abrir los ojos anegados en lágrimas. "Toda tuya Raúl. Toda tuya" Dijo Jose. Ya paró de pegarme y los dos amigos me soltaron los brazos. Mis piernas ya no me mantenian de pies. Me caí al suelo. Oí muchas risas. Me faltaba aire. La lluvia no ayudaba a que me pudiese levantar. Alguien me cojio de la barbilla y me obligo a mirarle. Ojos dorados. Melena leonada. No se parecia a los demás. Solo me dijo "Es una tonteria preguntarte como estás viendo lo que te han hecho, vamos" Me agarro de un brazo y se lo colocó detrás de su cuello. No podia hablar, casi no podia ni respirar. Me dolia cada musculo. Me dolia el alma. Odiaba a todo el mundo, escepto a él. No sabia a donde me llevaba pero pudo sacarme de ayí. La gente nos abria paso. Y le abucheaban. Supongo que esperaban que me iva a dar otra paliza. Una vez alejados me dejó su movil y pude llamar a mis padres y decirles donde estaba. "Gracias" Pude balbucear. Nose si me oyó pero cuando vio el coche de mi padre se marchó y no volvi a saber nada más de él hasta que empezó el instituto.

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