martes, 14 de junio de 2011

Palabras que valen oro de una boca que sabe a caramelo.


Ahora, esperas, y lo único que consigues es la parada del tiempo en miles de gotas negras grabadas en trozos de papeles rayados que no hacen más que una simple referencia hacia algo inexistente como la música entonada o las sonrisas de cantantes. Pero te paras y respiras, porque el papel te obliga a hacerlo, te paras porque algo no suena como aparenta y no lleva el mismo ritmo que exige. Música, que se dibuja con boli, lápiz en un papel pautado, rayado o en nuestros corazones.

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